Guías para la valoración de la obesidad infantil
Dra. Rosaura Leis Trabazo | Pediatría
Hospital Clínico Universitario de Santiago, Santiago de Compostela
La obesidad se caracteriza por un exceso de grasa corporal, lo cual puede ir acompañado de comorbilidades metabólicas, físicas y/o psicológicas. Actualmente, la obesidad se ha convertido en un problema nutricional de gran prevalencia, poniendo incluso a riesgo la persistencia de los sistemas sanitarios.
En la evaluación del riesgo de obesidad y en su diagnóstico resulta relevante considerar la información relacionada con la antropometría familiar, la antropometría y composición corporal al nacimiento y la evolución del crecimiento, así como la alimentación en los primeros momentos de la vida, incluida la de la madre durante la gestación, y a lo largo de la infancia y adolescencia. Se debe recopilar información sobre todos los aspectos anteriormente citados, abarcando el tipo de lactancia, el calendario de introducción de alimentos sólidos, el desarrollo psicomotor, historial de lesiones, cirugías previas o enfermedades que hayan requerido periodos de reposo prolongado. También se evaluará la actividad física, las preferencias deportivas, el temperamento, las relaciones en el ámbito familiar y escolar, el rendimiento académico y la percepción de la obesidad por parte del niño, sus compañeros y la familia. Además, se registrarán los pesos de los padres y hermanos, junto con los hábitos alimentarios de la familia. Se recopilarán antecedentes familiares de enfermedad como diabetes tipo 2, hipertensión, gota, obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Para el análisis antropométrico se requiere de una serie de mediciones directas (peso, talla, circunferencias, pliegues cutáneos) o a través de técnicas indirectas (impedancia bioeléctrica y densitometría ósea) que nos permitan conocer la composición corporal del individuo.
Es esencial que las mediciones se realicen con precisión y se comparen con estándares apropiados, siguiendo los puntos de corte recomendados. Una vez realizado el estudio antropométrico, se deben comparar los datos obtenidos con los estándares de crecimiento adecuados para edad y sexo, clasificar al paciente según el grado del estado nutricional en el que se encuentra, y realizar controles y seguimiento evolutivo de los patrones y su respuesta objetiva al tratamiento.
El índice de masa corporal (IMC) es una medida indirecta de grasa corporal y aceptado internacionalmente como indicador para el diagnóstico del sobrepeso y la obesidad. En niños y adolescentes, a diferencia de los adultos, donde los puntos de corte para el diagnóstico del sobrepeso y/o la obesidad son 25 y 30 kg/m2, respectivamente, el IMC varía con el crecimiento y desarrollo en ambos sexos. Existen diversas tablas de percentiles de IMC según edad y sexo, en función de la población estudiada. En estas tablas, se considera que un IMC igual o superior al percentil 95 es diagnóstico de obesidad, mientras que un IMC igual o mayor al percentil 85 y menor al 95 es diagnóstico de sobrepeso.
El análisis de la dieta es fundamental en el estudio de la obesidad y nos permitirá estimar la ingesta de energía y nutrientes, permitiendo identificar posibles causas de la obesidad y/o sobrepeso y detectar desequilibrios nutricionales, que nos servirá para orientar el tratamiento. Por tanto, la historia dietética complementa la información, aunque no es un medio de diagnóstico.
Existen distintos cuestionarios para la evaluación de la dieta (recuerdo de 24 horas, registro de 3 días o de 7 días, cuestionario de frecuencia de consumo), pero todos estos datos recogidos se deben traducir en ingesta de energía, macro y micronutrientes, para lo que debemos contar con tablas de composición de alimentos. Hoy disponemos de programas informáticos, que nos ayudan en este análisis, tanto para individuos sanos como enfermos.
Es de gran importancia conocer y utilizar las diferentes herramientas de las que se dispone para llevar a cabo una valoración completa y adecuada del riesgo o presencia del sobrepeso y/o la obesidad, con el fin de iniciar las estrategias preventivas y de intervención bien orientadas ya desde los primeros años de vida.
Bibliografía y referencias: